28 de octubre de 2018

La corrupción nos invade en el Perú



 La corrupción ha invadido y calado fondo los cimientos del poder judicial. Desde el mes de julio del presente año, advertimos la podredumbre enraizada en uno de los poderes que se creía más serio. Nos engañamos aunque la sospecha saltaba a la vista. Fueron conociéndose nombres y apelativos. Así, el Ministerio Público pidió 36 meses de prisión para César Hinostroza, ex juez supremo, calificado ya de presunto integrante de la organización criminal los “Cuellos Blancos del Puerto”. Hace días, el pasado 7 de octubre fugó del país al parecer con la complicidad de malos funcionarios, encontrándose preso actualmente en España gracias a interpol internacional.

El miércoles 17 de octubre, el poder judicial recién ordenó su captura. Es acusado de formar parte de una red de tráfico de influencias y de ofrecer diversos puestos de trabajo que eran por concurso. Se conoce también que coordinaba con otro juez (Hugo Velásquez) para que ordene abonar millonarias remuneraciones a 13 jueces supremos, donde él era uno de ellos, beneficiándose con eso. Toda una joyita.

Hinostroza se llamaba de hermanitos con otros jueces supremos, y otros personajes como Pedro Chávarry, cuestionado fiscal de la nación e integrante también de la misma organización criminal junto con otros 13 magistrados, quienes le sacaban provecho al estado para abultar sus ingresos y su riqueza. Corruptos de cuello y corbata.

Según la última encuesta de Datum de la última semana de setiembre, los más corruptos en el Perú son: Keiko Fujimori 29%, Alan García 17%, César Hinostroza 11%, Alberto Fujimori 9%, Alejandro Toledo 7%. ¿Cuántos miles de corruptos tenemos en las organizaciones públicas y privadas?

La corrupción nos invade



25 de octubre de 2018

ROSTROS DE PERSONAS DESAPARECIDAS



ROSTROS DE PERSONAS DESAPARECIDAS. HASTA AHORA LOS FAMILIARES ESPERAN LA JUSTICIA DIVINA (MUSEO DEL LUGAR DE LA MEMORIA – AYACUCHO) 

EXPRESION EN UN RETABLO AYACUCHANO



EXPRESIóN EN UN RETABLO AYACUCHANO EN EL MUSEO DE LA MEMORIA EN AYACUCHO. LA POBLACIóN EXIJE LA APARICIóN DE SUS FAMILIARES, PADRES E HIJOS. 

LUGAR DE LA MEMORIA

RETRATO EN Cerámica EN EL QUE SE APRECIA LA Represión QUE Ejercía EL PERSONAL MILITAR “SINCHIS” SOBRE LA Población PERUANA, QUIENES VIVíAN EN EL CAMPO (MUSEO DEL LUGAR DE LA MEMORIA, ACTUALMENTE EN AYACUCHO) 


Para no olvidar
ES UN LUGAR PARA RECORDAR Y PARA QUE APRENDAN NUESTROS JóVENES LO QUE FUE EL TERRORISMO

69,280 personas son las víctimas del fuego cruzado entre el grupo Sendero Luminoso y la Fuerza Armada Peruana entre los años 1980 y 2000. Muchos inocentes cayeron, entre niños, mujeres, hombres y ancianos. No se salvaron ni los animales a la brutalidad cruel y despiadada de los involucrados, así, fueron acribillados y también quemados vivos en sus propios establos.

La cifra estimada de fallecidos corresponde al Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), que viene a ser la voz expresa de las víctimas de la violencia. Se reconstruye la historia de una tragedia humana que la hemos vivido en carne propia y que también muestra la resistencia de muchos y las voces de quienes fueron los afectados.

Hasta ahora no se cierra la herida. Cuando uno visita Ayacucho por ejemplo, inevitablemente se dará de cara con la realidad. Los sitios turísticos que podemos imaginar con sus hermosas iglesias, construcciones y calles empedradas, se complementaban con visitas hacia los poblados y comunidades donde se cometieron abusos contra la población ayacuchana, sin respetar los derechos humanos.

En todos los rincones de Ayacucho se siente una herida abierta, mostrando al mundo que aún falta encontrar justicia para muchas familias.

La muerte del periodista Hugo Bustíos es una muestra de lo que nunca debió suceder. Obviamente los implicados han jugado todas sus mañas para salirse con la suya. En adición, hay toda una campaña negacionista para pretender desconocer todos los crímenes cometidos por los militares pertenecientes a la fuerza armada peruana. Son miles los desaparecidos hasta ahora que no son encontrados ni hay justicia para ellos. ¿Hay que seguir esperando? ¿Hasta cuándo?