Cuando
vi a una funcionaria del gobierno (ministra) que visitaba en el hospital a la
señora Evangelina Chamorro que por un milagro se salvó del huaico en Lima, y le
decía que pronto estaría bien y le darían de alta en los próximos días, me
pregunté:
¿Adónde
ir? Si no tiene casa, ni objetos ni una mesa. El negocio que tenían con sus
animalitos y que los sustentaba está perdido. Probablemente no tienen un sol.
El esposo no cuenta con un empleo. Sus hijos no tienen nada y seguro que no
cuentan con útiles escolares.
Así,
cientos y miles de personas no tienen nada. Advertí que tenemos una fragilidad
como seres humanos. Cientos y miles de personas viven para el día, para tener
unos cuantos soles. Es un asunto de alguna manera complejo. ¿Cómo hacer para
direccionar todos los recursos de ayuda y que llegue realmente a todos? Después
de eso. ¿Quiénes serán los que apoyen por un tiempo para lograr que nuevamente
todos se restablezcan? ¿Qué organizaciones de parte de Perú como Estado serán
las responsables? Interrogantes que aún no tienen respuestas claras.
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