El primer año de gobierno ha
transcurrido para unos lentamente y para otros con pausa. Si algunos sectores
económicos esperaban algo, como una política expansionista o una visión política
de cambios, realmente a estas alturas la realidad les ha golpeado en la cara.
Si hablamos de cierta estabilidad
política, ésta se ha expresado enmarañado de corrupción en casi todos los
ministerios públicos, como el de justicia, un caso patético de cuello y corbata.
Cada quien le ha querido sacar provecho al gobierno: los congresistas, los
funcionarios del estado escudándose en sus buenos ternos, los empleados
públicos, militares y hasta las autoridades regionales y todo su entorno. El
robo y corrupción está imperando sin descaro. Nos estamos acostumbrando a
aceptarlo de buena o mala manera. Total, todos son corruptos.
En el plano económico no podíamos
esperar más que cierta administración. No hay más. No hay derrotero ni una
búsqueda de mayor bienestar para todos, así digamos que necesitamos una tasa de
crecimiento del PBI cercana al 6%. Los resultados cuánticos nos muestran apenas
tasas del 3% anual de aumento de la producción y al final son los amplios
sectores unidos a la microempresa, quienes dinamizan la economía. Aquí y como
siempre el que cree tener el poder bajo sus manos corruptas, se vanagloria de
imponerse a las grandes mayorías poblacionales que se ganan la vida con el sudor
de frente. Es evidente y necesario considerar que hay grupos de gente unida a
la delincuencia y la criminalidad, que están enraizados en todos los sectores y
seguirán actuando bajo sus interese sucios.
Conversando con ciertas personas
jóvenes, al menos les importaba sentirse optimistas frente a nuestra realidad
aparente y que esconde la podredumbre. Por lo menos había que tener esperanza y
tender al cambio, comprendiendo esto como buscar y dar mayor bienestar a todos
en general y las grandes poblaciones necesitadas en particular, quienes viven
en muchas zonas marginales de nuestro Perú. Al menos tiene sentido eso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario