Nunca antes habíamos llegado
a un proceso electoral como el que tenemos hasta ahora, lleno de candidatos
cuestionados, arribistas, plagios de por medio y hasta clientilismo y demagogia
de siempre.
Candidatos que estando primeros
en las encuestas, se van mostrando hasta con trajes típicos en algunas
comunidades del interior, que luego seguro olvidarán poco a poco. Fujimori es
quien hace la noticia. Fue parte de un gobierno ligado a la corrupción y al
atropello que sufrimos por las graves violaciones a los derechos humanos, por
secuestro, tortura y desapariciones, unido a los problemas de las
esterilizaciones forzadas. Hasta ahora, familiares de miles de desaparecidos de
las poblaciones ayacuchanas piden aclaración y justicia.
El voceado plagio del
candidato Acuña ha dado la vuelta al mundo y coloca a algunos de aquellos que
tienen grado de magister, doctor, y hasta profesional en serias interrogantes.
¿Cuántas oficinas de asesoramiento de tesis existen en Arequipa? ¿Cuántas
existen en Lima y a nivel nacional? ¿Cuántos funcionarios que ostentan esos
grados y títulos los han conseguido de manera irregular? Respuestas que no
conocemos exactamente, sin embargo, sabemos que existen y preferimos callar.
Candidatos y ex presidentes
que no tienen el más mínimo de ética, demostrando su falta de vergüenza
política para salir públicamente y hacer declaraciones sobre moral y buen
comportamiento. Conjuntamente con otros que con la risa al viento y alguna
carcajada se muestran con una cara al público y con la otra son capaces de
aceptar a cualquiera en el sancochado de sus listas, hasta gente cuestionada, que
solo busca el arribismo como arma de su oportunismo.
Personajes que van demostrando
su falta de moral y conciencia social, al decir una cosa hoy día, plantear otra
cosa mañana y finalmente desdecirse públicamente para volver con nuevas
argumentaciones, con el único propósito de ganar más votos.
Un militar que entra en campaña
y que lleva un proceso por el asesinato del periodista Bustíos. Naturalmente
como tenía que ser, lo va negando con todo el desparpajo, pedantería y burlas
de por medio, cual bufón de circo o de palacio. Quizá pensando que caemos en la
estupidez. Se sabe ahora que trabajó también para el gobierno de Fujimori y
como era de esperar también, trata de argumentar y cubrir su pasado lleno de
podredumbre.
Con todo ese ramillete de
perlas, nos vemos nublados frente a tales personalidades y como peruanos debe
surgir la pregunta de siempre: ¿Qué ha sucedido en el Perú que no tenemos
candidatos dignos de ejemplo? ¿Cuál será nuestra mejor alternativa en toda esta
encrucijada?