27 de enero de 2016

OPORTUNISMO POLITICO


Hasta el diez de febrero se deben definir quienes serán los candidatos al congreso de la república. A pocos días, todavía persiste la pugna para integrar una lista, entre sorpresas, decisiones a dedo y oportunismo político.

Hay que señalar que cuando se conformaron las planchas presidenciales, se obviaron algunos principios éticos. Apareciendo candidatos en organizaciones que antes jamás hubieran podido pensar.

Algo muy parecido sucede con los candidatos por Arequipa. Los actuales parlamentarios manejan la posibilidad de ser elegidos nuevamente. En la última Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE), uno de ellos fue visto acompañando a César Acuña. Ahora es candidato por Alianza para el Progreso, así haya sido elegido en una pasada elección por la lista de Toledo.(Caso Falconí).

En la misma lista de Alianza para el Progreso coinciden otros candidatos que en otros tiempos manejaron una posición de izquierda. Ahora dicen que pertenecen a Tradición y Futuro, organización principalmente más de coyuntura electoral que de otra cosa.

Algo muy especial sucede con el Frente Amplio de Verónika Mendoza. Sus candidatos han militado en el partido nacionalista del actual gobierno, conformando varias fracciones de la organización por mucho tiempo. Ahora se creen los abanderados del nuevo frente. Hasta un actual congresista que fue elegido por el nacionalismo, ahora quiere ser uno de los candidatos del frente. ¿Cómo terminaron como integrantes del Frente Amplio? ¿El comité nacional sabe sobre esta situación? (Caso Apaza y otros conformantes de la lista).

El cambio de partido de una candidata, pasando del Partido Popular Cristiano a las filas de Fujimorismo sin ningún miramiento, con el propósito de ocupar todavía el primer lugar, la convierte en la expresión del transfuguismo político. Desde Lima se decidieron los candidatos y es probable que hasta Fujimori haya direccionado tal posición. (Caso Aramayo).


Claros ejemplos de comportamiento que responde al oportunismo político. La moral va quedando de lado. Ya no hay una expresión verdadera de lo que se dice como justicia social. La ética partidaria no existe. Va predominando el interés con el único objetivo de sacar ventaja, aparecer en la noticia, demostrando oportunismo y falta de integridad.

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