16 de febrero de 2016

¡TERRORISTAS! - APOLOGÍA DE LA VIOLENCIA


La visita de la candidata Fujimori a la ciudad de Arequipa en el Perú, 11 de febrero 2016, muestra la prepotencia y agresión contra la prensa y contra un conjunto de personas que se manifestaban oponiéndose a la candidatura.

Personero, congresista, entre otros, se enfrentaron agrediendo y llamándolos de terroristas a los arequipeños. “Terrorismo nunca más…conozcan a esta gente, es de Sendero Luminoso”.

Lamentablemente lejos de hacer una autocrítica, amenazan y dicen que responderán con la “fuerza y los golpes”. Es una muestra del procedimiento al que están acostumbrados, usando todas las instancias del poder.

Veamos un extracto del caso real de la señora Isabel Huamancusi de Cueto, donde uno de sus hijos de 15 años fue víctima de la violencia cuando gobernaba Fujimori, padre de la candidata. El 19 de setiembre de 1990 su hijo fue asesinado. Su testimonio:



“Mi esposo, mis hijos y yo vivíamos tranquilos, sin pensar en la violencia. Mi esposo trabajaba en la universidad (como guardián)… Yo vivía en Belén, al frente de una escuela, en la ciudad de Ayacucho…Mi casa estaba cercada con piedras, no tenía una puerta segura…El año 1990…a las 2 de la madrugada (del 19 de setiembre), golpearon mi puerta, “tran”, yo pensé que estaba entrando mi esposo; rompieron la puerta y entraron con una linterna…entonces entraron inmediatamente a donde estaba mi hijo Julio César. Me levanté y agarré a uno, me dio una bofetada, me caí al piso. Nuevamente me levanté y lo agarré, me pateó en mi estómago, nuevamente me caí. Me levanté y me disparó con su pistola, en ese instante me moví y la bala pasó por mi lado…y por encima de mí sacaron a mi hijo…Julio César tenía 15 años. Lo sacaron a la calle y yo tiraba piedras, gritándoles: “¿Para qué están llevándose a mi hijo?, también al otro se lo han llevado, lo han hecho desaparecer” (es otro hijo). A Julio César se lo llevaron hacia arriba, los militares me dispararon y me tiraron con piedras, me llegó una a la mano. Me escondí gritando…lo han hecho desaparecer llevándoselo por el reservorio…De ahí lo regresaron y, cerca de mi casa, le dispararon. Yo esperaba en la avenida como tonta…Después de varios minutos el carro de militares se fue hacia el cuartel. Ya en mi casa salí a mi puerta llorando, mi vecina salió a orinar y cuando vio un bulto negro me dijo: “Vecina, vecina ¿qué es esto? Hay un bulto negro tirado”. Yo pensé que tal vez era mi hijo, era alguien sentado apoyado en la pared, le hablé, “César”, le dije. Entonces me hizo un gesto alegre y se murió. Aún había estado vivo. Al él si lo enterré, pero hasta hoy no se nada del mayor de mis hijos…Lloraba mirando la ropa de mis hijos. Recordaba que en la chacra, Julio César no quería que yo trabaje, me decía: “Mamá, siéntate al borde de la chacra y mírame, vamos a sembrar, no te voy a dejar”. Lo extraño, lloro por mi hijo”.


(Tomado de ¿Hasta Cuando Tu Silencio? Testimonios de Dolor y Coraje. Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú)

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