Mayor resolución del candidato Pedro
Kuczynski al presentar algunas propuestas. Más seguro a veces. En cada punto
programático del debate se esmera por sentar sus posiciones. Se hace evidente y
de alguna forma repetitiva, las acusaciones a la familia de Keiko Fujimori, sus
hermanos, su padre y sus tíos, entre otros. Trata de mostrar los niveles de
corrupción del gobierno de su padre.
Keiko Fujimori está a la altura de las
circunstancias. También en los instantes adecuados del debate, presenta varias
propuestas con claridad. En un momento se advierte que trata de demostrar consistencia
en su intervención. Intenta mostrar con sus comentarios a un Kuczynski ligado a
los grandes empresarios y las corporaciones internacionales. Frente a cualquier
acusación como por ejemplo la entrega del gas peruano y por ende cuzqueño, Kuczynski
solo contesta: “es mentira”.
Definitivamente ambos se llenan de
ofrecimientos. Millones de empleos, duplicar remuneraciones. Apoyo a la micro y
pequeña empresa. ¿Se volverán más formales? Ahora sí, el cuidado del agua
resulta vital. La gran regionalización de siempre y de toda la vida. ¿No se
viene hablando de eso hace varias décadas? Pareciera que aún sigue primando el
centralismo.
Muy fácil es llenar de palabras un
discurso para ese momento, aunque todo sea un listado realmente. ¿Realmente hay un programa social y económico? ¿Estos candidatos merecen nuestra decisión?
¿Representan con fervor y corazón a la gente de a pie, a la gente de la calle
que lucha por conseguir una estrella, un ideal? Ya alguien lo había dicho, que
hay que votar tapándose la nariz. Que uno apesta más que el otro.
En última instancia, hay quienes piensan
aún en la opción de viciar el voto. Veamos qué sucede. Veamos qué sucede con
nuestro país.
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