7 de enero de 2018

CRISIS POLITICA Y LA FARSA COMO EMBUSTE PROLONGADO



Año 2018, como siempre recibido por todos los peruanos con esperanza. Visualizando sus objetivos, mejores niveles de vida y desear una mayor capacidad de compra en sus ingresos. A pesar de la crisis de credibilidad en que ha caído el gobierno, hay grupos poblacionales que mantienen el consumo interno. Sin ellos, sin su demanda no tendríamos los efectos multiplicadores en nuestra economía. En ese contexto, las esperadas acciones y medidas de política económica no han sido muy claras y efectivas.

Nos hemos visto envueltos también en claras contradicciones gubernamentales, donde el engaño reiterativo ha primado para el beneficio individual. Poco le ha importado a nuestro gobernante representado en el señor Pedro Kuczynski, parecer y ser honesto con los millones de peruanos. La farsa como embuste prolongado se ha impuesto como política. La infamia al descubierto. Desde el entorno gubernamental han tratado de dar las explicaciones disfrazando las mentiras y aprovechándose de ellas. Naturalmente hemos advertido el comportamiento, teniendo conocimiento de todo el desenlace hasta llegar a la situación del pedido de la vacancia y luego el conocido indulto del señor Alberto Fujimori, que ha profundizado la polarización.


Ahora sí, en medio de esa falta de credibilidad donde ya no es posible creer en las palabras del ser Pedro Kuczynski, se ensaya la frase de la “reconciliación”, que solo intenta poner paños tibios a la falta de una orientación política. Se dice que deberían irse todos, incluso se mantienen algunas voces que Kuczynski debería renunciar. En fin, el estado se mueve en un vaivén de incertidumbre, donde poco resuelve realmente, expresado por ejemplo con su inoperancia en el norte, la poca capacidad de obras públicas y escasa iniciativa política. ¿Hasta cuándo la encarnación del embuste?

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