La presencia del Papa en el Perú,
es inmenso para la mayoría de la gente. Se esperan sus palabras, sin embargo,
se aguarda más sus bendiciones. Hasta un milagro puede sentirse algo próximo,
cuando se tiene la convicción de creer y tener fe. Se mantiene también la
esperanza de verlo y hasta de sentir ese afecto de emoción y pasión. La mayoría
llevará su espíritu envolviendo a un corazón puro y lleno de paz. Aunque tendrán presente también el precepto
de Jesús que nos dice: “Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie viene al
Padre sino por mí”
Desde la costa, la sierra y la
selva, se levantará el clamor popular por un país próspero. Habrá voces también
contra una coyuntura llena de perversiones, que hace daño a muestra esencia
económica, social y política. ¿Cómo recibirán al Papa los corruptos, farsantes
y quienes nos han engañado con sus mentiras?
La iglesia impone poder, organización.
En su nombre se hicieron bendiciones y se cometieron abusos, causando hasta
ahora muchas víctimas.
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