17 de septiembre de 2015

UNA HISTORIA DE AMOR

UNA HISTORIA DE AMOR
Arturo Sotomayor Salas

Después de unos días de espera, llegó a uno de los cines de la ciudad de Arequipa el largometraje documental: “Hija de la Laguna – Daughter of the Lake”. Aparte de un problema social y económico que conocemos, donde la señora Máxima Acuña defiende su derecho a la vida y muy cerca de la Laguna Azul, en Cajamarca, hay un entorno muy especial en todo esto.
El amor es una pasión, a veces comprendido como algo abstracto, sin embargo, nos entregamos y sentimos calor, entusiasmo, vehemencia.
La historia es verídica y va girando en torno a la naturaleza, que es la vida del hombre y de los animales, así como la paz de su gente y su fe. La vida en el campo como se observa en el documental, va unida a un aspecto religioso importante, expresándose en el culto al Señor y también en su actividad productiva. Todo es un proceso concatenado y transparente, que se refleja en los ojos de agua de la Laguna Azul de Cajamarca.
Los personajes reales expresan y sienten un profundo amor por la madre tierra, por la madre agua. Hay un significado y respuesta natural. Toda manifestación de la naturaleza los envuelve, les da vida, llegando hasta las lágrimas de amor por todo lo que les provee las entrañas de la tierra. Desde el otro extremo, la empresa minera Yanacocha con su proyecto amenaza con destruir la Laguna Azul. Dicen que hay un yacimiento de oro debajo de la laguna. Se posesiona desde su perspectiva de utilidad que les puede dar el oro. Quiere imponerse con todo su poder económico sobre toda la sociedad, sobre una mujer campesina y su casa, su tierra, sus animales y su familia.
Se advierte también la comparación que se hace con otras minas en Oruro, Bolivia, donde las zonas agrícolas han sido afectadas. Hay pobreza y el agua casi ha desaparecido. Aumenta la trata de blancas como el incremento de la prostitución, el sexo y la bebida.
Queda claro los abusos y excesos que se quieren cometer en nombre de la inversión, con la presencia de grupos de la policía nacional, se supone contratados por la minera. Es impresionante el apoyo nacional que reciben todos aquellos que defienden el agua y la tierra. Se observan las concurridas manifestaciones de solidaridad en la capital de la república, ciudad de Lima,  como en muchos lugares del país, al son de los tambores, con esa convicción de defender la naturaleza y la vida en el campo. Las pancartas que se levantan sobre los hombros de la gente obrera, profesional y estudiantes, con slogans como: “el agua es del pueblo y no de la mina”. No faltan algunas bambalinas también que califican  a nuestras autoridades y al presidente de traidores.
Por último, oro se expone públicamente en desfiles de modas en Holanda como en otras partes del mundo. Las finas joyas cuelgan de los cuellos y están impregnadas de sangre, metafóricamente.
Desde la creación del mundo, la humanidad es social. Hombres y mujeres, participamos en una tarea muy importante que Dios nos ha encomendado: cuidar y cultivar todo lo creado. Tenemos entonces, la esencia de un don especial, sublime  y maravilloso.

Termino con las últimas palabras del documental: “Dedicado a los peruanos que han perdido la vida por defender el agua y la tierra”.

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