UNA
HISTORIA DE AMOR
Arturo Sotomayor Salas
Después
de unos días de espera, llegó a uno de los cines de la ciudad de Arequipa el
largometraje documental: “Hija de la Laguna – Daughter of the Lake”. Aparte de
un problema social y económico que conocemos, donde la señora Máxima Acuña
defiende su derecho a la vida y muy cerca de la Laguna Azul, en Cajamarca, hay
un entorno muy especial en todo esto.
El
amor es una pasión, a veces comprendido como algo abstracto, sin embargo, nos
entregamos y sentimos calor, entusiasmo, vehemencia.
La
historia es verídica y va girando en torno a la naturaleza, que es la vida del
hombre y de los animales, así como la paz de su gente y su fe. La vida en el
campo como se observa en el documental, va unida a un aspecto religioso
importante, expresándose en el culto al Señor y también en su actividad
productiva. Todo es un proceso concatenado y transparente, que se refleja en
los ojos de agua de la Laguna Azul de Cajamarca.
Los
personajes reales expresan y sienten un profundo amor por la madre tierra, por
la madre agua. Hay un significado y respuesta natural. Toda manifestación de la
naturaleza los envuelve, les da vida, llegando hasta las lágrimas de amor por
todo lo que les provee las entrañas de la tierra. Desde el otro extremo, la
empresa minera Yanacocha con su proyecto amenaza con destruir la Laguna Azul. Dicen
que hay un yacimiento de oro debajo de la laguna. Se posesiona desde su
perspectiva de utilidad que les puede dar el oro. Quiere imponerse con todo su
poder económico sobre toda la sociedad, sobre una mujer campesina y su casa, su
tierra, sus animales y su familia.
Se
advierte también la comparación que se hace con otras minas en Oruro, Bolivia,
donde las zonas agrícolas han sido afectadas. Hay pobreza y el agua casi ha
desaparecido. Aumenta la trata de blancas como el incremento de la
prostitución, el sexo y la bebida.
Queda
claro los abusos y excesos que se quieren cometer en nombre de la inversión,
con la presencia de grupos de la policía nacional, se supone contratados por la
minera. Es impresionante el apoyo nacional que reciben todos aquellos que
defienden el agua y la tierra. Se observan las concurridas manifestaciones de
solidaridad en la capital de la república, ciudad de Lima, como en muchos lugares del país, al son de
los tambores, con esa convicción de defender la naturaleza y la vida en el
campo. Las pancartas que se levantan sobre los hombros de la gente obrera,
profesional y estudiantes, con slogans como: “el agua es del pueblo y no de la
mina”. No faltan algunas bambalinas también que califican a nuestras autoridades y al presidente de
traidores.
Por
último, oro se expone públicamente en desfiles de modas en Holanda como en
otras partes del mundo. Las finas joyas cuelgan de los cuellos y están
impregnadas de sangre, metafóricamente.
Desde
la creación del mundo, la humanidad es social. Hombres y mujeres, participamos
en una tarea muy importante que Dios nos ha encomendado: cuidar y cultivar todo
lo creado. Tenemos entonces, la esencia de un don especial, sublime y maravilloso.
Termino
con las últimas palabras del documental: “Dedicado a los peruanos que han
perdido la vida por defender el agua y la tierra”.
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