27 de julio de 2016

¡VIVAN LOS ECONOMISTAS!

¡VIVAN LOS ECONOMISTAS!
Por: Arturo Sotomayor Salas

Cuando asistí a un curso del Banco Central de Reserva en la ciudad de Lima, se mencionaba de la importancia de los resultados cuánticos de las diferentes variables macroeconómicas, sin embargo, cada noche dormían en los alrededores del Mercado Central, más de una docena de personas, cubriéndose con cartones, plásticos y frazadas muy usadas.
Inicialmente me quedé impresionado, porque no pensé encontrar cada mañana y muy temprano mientras transitaba por esos lugares, a gente que estaba de alguna manera en una situación de pobreza, sin contar naturalmente a niños y de los cientos de personas que viven en esas condiciones en diferentes partes de la ciudad.
Durante una exposición de un economista invitado a ese curso para tratar sobre las proyecciones de la economía, le hice saber de lo que había observado en las calles, a pocas cuadras del Banco Central y de la Casa de la Moneda.
Obviamente, su respuesta y argumentación se dirigió a los programas sociales y los resultados numéricos que habían conseguido, sin proponer o dar una salida a una problemática clara de cada día de nuestra formación social, de nuestra economía de mercado.   
Hace pocos días, se saludaba la presencia de profesionales tecnócratas vinculados al mundo empresarial y la incorporación de varios economistas en los diferentes ministerios del gobierno del presidente Pedro P. Kucsynski, entre ellos, el presidente del consejo de ministros y el ministro de economía.
Alguien preguntó: ¿Y quién se ocupará de los problemas sociales? ¿Quiénes son los que tomen una posición política? Hay tecnócratas que jamás han vivido carencias económicas y no conocen cómo sobrevive la población necesitada. En una frase y como dicen: “nunca se han ensuciado los zapatos”.

¿Tenemos los actores políticos que vinculen el régimen con el contexto social, con el papel del estado y las demandas de la población? Hay que asumir una posición social. Hacer política es asumir una conciencia social. Una dama norteamericana, quien vive en Arequipa y en el Perú algo más de siete años, me comentó que era necesario esperar por algunos resultados. Oportuno y pertinente. 

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